El Explorador
Édouard-Alfred Martel tenía 30 años en 1889 cuando decidió explorar el Gouffre de Padirac. Este joven explorador, intuitivo y visionario, preparaba desde hacía unos meses esta aventura insólita: bajar a una de las caras ocultas de la Tierra, una de las simas más misteriosas jamás exploradas...
Probablemente no sabía entonces que esta aventura sellaría uno de los descubrimientos geológicos más importantes del mundo.
“ Consolarse del comportamiento humano a través del estudio y la admiración de la naturaleza.
Sin interés, sin ambición, amar y practicar la ciencia por su utilidad. ”
El interés de Martel no se limitó a los espacios subterráneos: tras una visita en 1913 del Parque nacional de Yosemite en Estados Unidos, publicó un estudio acerca de los parques nacionales del mundo. El jurista que había en él conocía el valor de una definición para proteger una obra.
Tal era la suya: « reserva territorial, con límites precisos, en el interior de los cuales una disposición legal adecuada conserva y protege -contra toda destrucción, degradación o desfiguración a manos del hombre- componentes naturales, fauna, flora, parajes pintorescos y particularidades geológicas o hidrológicas ».
Gracias a esta definición, el Estado francés puede ahora clasificar y proteger varios centenares de enclaves en setenta departamentos.