Un descenso a las maravillas
Un pozo... O más bien una sima... Es la primera vez que esta increíble cavidad se abre ante ti.
Esta sima no es otra cosa que una puerta inmensa, vertical y vertiginosa, que nos invita a pasar del mundo exterior al mundo subterráneo en tan solo unos minutos.
Es una entrada a un mundo que esconde mil sorpresas y descubrimientos, y que probablemente todavía hoy oculta infinidad de misterios...
Ya solo nos queda bajar...
Paso a paso, descendemos allí donde nunca antes nos habíamos aventurado.
Una visión del corazón de la tierra
¿A qué se parecen las entrañas de la tierra?
A medida que vamos bajando, la atmósfera se modifica. La luz se atenúa, sustituida por una suave humedad y una temperatura de 13° todo el año. Estas características permiten el desarrollo de una vegetación singular.
Sin lugar a dudas, este orificio es espectacular.
Edouard-Alfred Martel, explorador visionario, deseaba dar a conocer esta imagen única, nunca vista.
Una vez que descendemos 103 metros bajo tierra, un río se extiende y nos lleva por los meandros del subsuelo… El cielo ha desaparecido para dar paso a una sucesión de salas abovedadas, cada cual más asombrosa.
un pozo de entrada de 75m de profundidad